Sentado, en el regazo mi fiel espada
afilo con vieja piedra de amolar.
Sentimiento la fui a llamar
de mi cintura cuelga. Atacar
la fortaleza donde a reinar
se dedica la razón, confiada.
Salvajes y sangrantes sajaduras
son sus segadas suaves. Vengativa
herida inflinge. Sin piedad, duras.
Cada gota de sangre roja viva
que al suelo cae, es una cura.
Duele el sentir: libertad emotiva
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